ARA apreciar completamente este mensaje de
Isaías 40, versículos 1 y 2, necesitamos entender cuando fue que DIOS habló estas palabras, y el porque. La
fecha fue aproximadamente 700 años antes de la Era Común. Reinaba en Jerusalén
un buen y piadoso rey llamado Ezequías. DIOS acababa de curarlo de una enfermedad
mortal y le había otorgado muchas bendiciones y promesas. Pero cuando
embajadores paganos vinieron a felicitarlo por su recuperación, Ezequías
sucumbió a su orgullo. En vez de aprovechar la ocasión para hablar de su DIOS
quien tanto lo había bendecido, el tomó la oportunidad de su visita para
manifestar su propia gloria, majestad y riquezas. Por este error fatal, DIOS le envió al profeta Isaías para que le
diga : “He aquí
vienen días en que será llevado a Babilonia todo lo que hay en tu casa, lo que
tus padres han atesorado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice el SEÑOR.” (Is 39:6)
Es de mencionar, que el buen rey Ezequías
si se arrepintió por su orgullo, pero la sentencia se mantuvo, y en 586 AC el pueblo fue exiliado a Babilonia – por
no haber hecho lo mismo que su rey. Sin embargo DIOS, en su misericordia y compasión, les dijo
de antemano que ellos volverían a su tierra, y ahora regresamos a nuestro
texto. En estas palabras hay una proclamación tríplice de consuelo : su
tiempo de lucha cumplido ; su iniquidad perdonada ; y que han recibido de la
mano del SEÑOR doblemente por sus pecados.
En la ley de Moisés, DIOS prometió el jamás desechar ni darse por
vencido con su pueblo. Levitico capitulo 26, versículo 44 : “Aún con todo esto, cuando ellos
estén en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los abominaré hasta
consumirlos, invalidando mi pacto con ellos ; porque yo EL SEÑOR soy su DIOS”.
En los versículos que le siguen a nuestro
texto, somos introducidos al precursor que trae el mensaje de salvación. “Voz que clama en el desierto :
¡ Preparad un camino al SEÑOR ; enderezad calzada en la soledad a nuestro DIOS ! Todo valle sea
alzado, y bájese todo monte y collado ; y lo torcido se enderece, y lo áspero
se allane. Y se manifestará la gloria del SEÑOR, y toda carne juntamente la verá ; porque
la boca del SEÑOR ha hablado.”
Otra vez encontramos que tres cosas son
anunciadas : prepara camino para el Señor ; cada valle será elevado ; y la
gloria del SEÑOR será revelada. En otras
palabras, tal como DIOS había traído a su pueblo fuera
de Egipto y a través del desierto de Sinaí y hacia la Tierra Prometida, así
mismo iba a ser ahora. Ningún obstáculo va a interponerse en el camino de Su
Redención, y tal como su Nube de Gloria, la Shekinah, los había guiado, así
mismo Su Gloria volverá a aparecer hacia ellos otra vez. Había una adición
importante, y eso era que esta vez “toda carne juntamente la vera”. La revelación de Su Gloria no solo será
para Israel, pero para el mundo entero. La salvación que Él traería para su
pueblo será extendida hacía todas las naciones.
En el Libro de Malaquías, DIOS se refiere otra vez a esto en el Capitulo
3, versículo 1: “He
aquí, yo envío Mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí ; y
vendrá súbitamente a Su Templo el SEÑOR a quien vosotros buscáis, y el ángel del
Pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos.” Junte ambos textos y surgirá
la descripción de una persona. Y esa persona no es otra que el Mesías de
Israel.
La liberación de Babilonia prefiguró una
mucha mas grande que incluirá no sólo a Israel, pero toda carne —al mundo
entero. Oramos diariamente las palabras de Jacobo : “Tu salvación he esperado, oh SEÑOR”. Estas profecías del Mesías son la
respuesta de DIOS a nuestra oración. La gloria
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del SEÑOR es revelada en Él y leemos en Zacarías
capitulo 6, versículos 12 y 13: “He aquí el varón cuyo nombre es el RENUEVO, el cual brotará de sus
raíces. Él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono.”
El heraldo de noticias tan gloriosas y
formidables expresó su insuficiencia y desánimo —enfrentado a su mortalidad y
la de sus oyentes. ¿ Que será de su mensaje una vez que ni él ni su audiencia
estuvieran con vida ? Versículos 6 a 7: “Voz que decía : Da voces. Y yo respondí :
¿ Que tengo que decir a voces ? Que toda carne es hierba y que toda su gloria
como flor de campo. La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento
de el SEÑOR sopló en ella; ciertamente como
hierba es el pueblo.” A estas dudas la respuesta de DIOS es, en efecto, el hecho de que
su mensaje sobrevive a los mensajeros. “Sécase la hierba, marchítase la flor ;
mas la palabra del DIOS nuestro permanece para siempre.” La palabra de DIOS es como Él mismo, eterna. Jamas esta
anticuada. Este hecho es reiterado en Zacarías Capitulo 1, versículos 5 a 6 :
“Vuestros
padres, ¿ donde están ? Y los profetas, ¿ han de vivir para siempre ? Pero
mis palabras y mis ordenanzas que mandé a mis siervos los profetas ¿ no
alcanzaron a vuestros padres ?”
Las promesas de una redención que iba a
venir a través del Mesías, eran para las generaciones venideras. Pasó un largo
tiempo antes de que la gente fue llevada cautiva a Babilonia, y un tiempo aún
más largo antes de la venida del Mesías. Nuestro mensaje feliz es que Él vino,
tal como predicho por los profetas, y sus seguidores lo proclamaron con mucha
alegría.
La redención que Él nos trajo es mucho más
que la liberación de las consecuencias de nuestros delitos y pecados. Es la
total liberación del pecado. Hebreos Capitulo 1, versículos 1 a 3 : “DIOS, habiendo hablado muchas veces
y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos
postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo,
y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su
gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con
la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados
por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.” Este Mesías es ningún otro que
IESHÚAH, JESÚS de Nazaret. Solo Él cumplió todas las
profecías con respecto a nuestro Redentor. Ningún otro, aparte de Él ha dado
Su vida por los pecadores – el justo por los injustos. De Él Juan escribe “y vimos su Gloria” (Juan 1:14). DIOS ha cumplido Sus promesas. Estamos aquí,
no solo para consolar a nuestra gente, si no para también anunciar a Aquel en
quién encontramos el alivio que necesitamos. Es Él quién trae perdón por
nuestras iniquidades, tal como nuestro texto proclama, y no es por accidente de
que uno de los nombres tradicionales para nuestro Mesías es Menájem, el
Consolador. Que usted conozca el alivio y consuelo de saber perdonados sus
pecados, mediante fe en Él.